Cuatro ases del thrash se cubren de sangre en Madrid con Evil Invaders y Warbringer al frente

La Semana Santa terminó, a lo cual la tranquilidad regresó a España como agua de Mayo, pero poco duró. Chirriantes sonidos de cortes metálicos, chipas y música extrema azotaba Europa entre cristos y vírgenes. Para fortuna de la cultura metalera, Madness Live! se ofreció a revertir la religión en un ambiente thrasher de calidad con la destructora gira conjunta de Evil Invaders y Warbringer por Madrid, quienes estarían acompañados por Schizophrenia y Mason para ejecutar una exaltación de la thrashería old school y moderna en cualquiera de sus vertientes.

MASON

Casi desde el otro lado del planeta, Australia aportó un toque especial a la gira thrasher del hemisferio norte con la banda Mason, quienes fueron una sorpresa, en toda regla, para el poco público inicial. Con un estilo thrash metal y mucho toque groove pesado y crudo, el cuarteto melburniano salió al escenario con mucha energía, pues había motivos suficientes para ello. La primera visita a España, la reciente inclusión de Mitch a las cuatro cuerdas, un inminente tercer disco bajo el título de «Martyr»… Un cúmulo que se notó, y mucho, en cómo la banda hizo un show memorable y perfecto. Con dos álbumes hasta el momento, «Warhead» e «Impervious», éste último fue quien guió la segunda mitad del repertorio, pues en el primer tiempo, Mason nos hizo un deleite completo de su creatividad extrema como en las primerizas «Hollow Eyes» y «Eradicated». Sin fallos en el sonido técnico y una actitud ilusionante y tajante a la vez, siguieron con Impervious y el tema homónimo del próximo álbum. La brutalidad y rudeza de James a la voz y guitarra rítmica contrastaban con el carisma e interacción social del dúo de Mitch y Daniel; ambos demostrando una habilidad interpretativa fuera de lo común junto a la percusión sobresaliente de Nonda. Por supuesto, Mason no se olvidó de su debut discográfico con «Warhead», la cual cerró una actuación que sirvió como una base sólida de una gira que cumplía las expectativas sin apenas haber comenzado de verdad.

Setlist

1º Hollow Eyes   2º Eradicated   3º Impervious   4º Martyr

5º Cross This Path   6º Tears of Tragedy   7º Warhead

SCHIZOPHRENIA

Las primeras grietas en la sala Nazca dejaron constancia de lo que se avecinaba, pues el turno doble de Bélgica continuaría el destrozo de la capital nacional. Como artífices de la primera etapa del evento, Schizophrenia nos regaló un repertorio de thrash/death repleto de tralla, sonidos impresionantes y lo más importante de todo, sorpresas por doquier. Con su álbum debut, «Recollections of the Insane», los belgas fueron, junto con Mason, la mejor elección para telonear a los cabezas de cartel de la gira. Sin despeinarse y dando más de sus posibilidades, Schizophrenia se ganó el respeto y admiración de los asistentes más extremos, apareciendo moshpits instantáneos iguales que en las décadas doradas del metal extremo. El setlist se centró en su debut de estudio, aunque Ricky y compañía tuvieron la excelencia de presentarnos temas de sus EPs, como fueron «Schizophrenia» y «Structure of Death». No obstante, también hubo tiempo de algunas versiones e influencias, como «Bullet» de The Misfits o la inesperada «Necrophiliac» de Slayer, donde los thrashers más empedernidos celebraron por todo lo alto a base de peleas amistosas. A su vez, las guitarras de Romeo y Marty resonaban de forma salvaje, incluso sin ciertas pastillas. Uno de los méritos recayó en Lorenzo, quien con su ilusión continua, se dejaba la vida en cada golpe que daba a los platillos o bombos. Por último, y no menos importante, el bajo de Ricky mantenía la estructura de los temas en integridad y guiando los versos en una voz muy desarraigada. Un espectáculo digno del old school y que otorga, a Schizophrenia, un futuro prometedor.

Setlist

1º Souls of Retribution   2º Sea of Sorrow   3º Schizophrenia

4º Divine Immolation   5º Onwards to Fire   6º Necrophiliac (Slayer Cover)

7º Bullet (The Misfits Cover)   8º Cranial Disintegration   9º Structure of Death

EVIL INVADERS

Agrietando todos los vidrios de la sala Nazca, Bélgica volvió al escenario con una banda que más que orgullo, les ha premiado con mucho respeto y reconocimiento internacional en el ámbito metalero. Evil Invaders es de esas bandas que, para ser dignas, no necesitan tener una discografía extensa, millones de canciones o una trayectoria de varias décadas. Por ello, su tercer álbum, «Shattering Reflection», que vio la luz justo hace un año, ha cosechado éxitos uno tras otro, evidenciando que la banda liderada por el carismático Joe es una apuesta segura cuando se trata dar un concierto que sea potente, directo y emotivo junto a una ambientación y decoro más que adecuado.

Si hay algo que caracteriza a Evil Invaders es la facilidad con la que se ganan el apoyo y voluntad del público. Puede que fuera a la sencillez interpretativa, el genial sonido que no falló en ningún momento o la inmensa cercanía social de la banda a cada verso, ritmo o break musical. Bien se sabe que Joe tiene una personalidad muy extrovertida y si se le da la oportunidad, es capaz de hacerse amigo de cualquier persona en menos de diez segundos. Si a ello lo le sumamos su calidad técnica y dual con Max, la perfección guitarrera es evidente. Joeri hacía una maestría al bajo impoluta y mediante la trallera batería de Senne, todo el show fue una completa locura que el público reflejó con moshpits y coros que Evil Invaders agradecía con sendos gestos de satisfacción.

El repertorio que Joe y compañía nos trajeron tuvo dos partes bien diferenciadas, pero no por ello, desiguales en los aspectos técnicos o cualitativos. Los dos últimos álbumes, «Shattering Reflection» y «Feed me Violence» coparon la primera tanda donde se vio a los artistas belgas más concentrados y dando una sensación de perfección absoluta. «Mental Penitentiary», «Sledgehammer Justice» o «Die for Me» fueron unas oportunidades únicas que los asistentes aprovecharon para fusionar los estribillos y zonas corales al unísono. La segunda tanda evocó a los inicios de la banda, pues «Pulses of Pleasure» y «Fast, Loud N Rage» continuaron el show pero con un toque más alocado y emotivo, pues tras acabar con «Raising Hell», la gente pedía, cerveza en mano, un bis extra con «Alcoholic Maniac», hecho que Joe prometió que la tocarían en un posible regreso a España.

Setlist

1º Feed Me Violence   2º Mental Penitentiary   3º Hissing in Crescendo

4º In Deepest Black   5º Sledgehammer Justice   6º Forgotten Memories

7º Die for Me   8º As Life Slowly Fades   9º Pulses of Pleasure

10º Fast, Loud N Rude   11º Raising Hell

WARBRINGER

El colofón de la gira tenía que ser épico, y no había nada más semejante a tal término que disfrutar del quinteto que trae el thrash metal moderno más bélico de América, Warbringer. Comandada por la cautivadora voz de John y la veloz tecnicidad de Adam, la banda fue recibida de forma calurosa y casi sentimental, pues los bolazos y shows ofrecidos en años anteriores les había marcado a los fans thrashers españoles. Con nuevo material musical y una actitud impasible por la destrucción total, Warbringer dio comienzo a la guerra musical que tanto era ansiada por el público a través de un completo despliegue técnico sonoro y muchos decibelios repartidos entre los instrumentos.

Desde su última visita, la formación apenas había cambiado salvo la inclusión de un nuevo bajista, Chase, el cual ha consolidado su lugar en la banda a base de buena ejecución y mucho carisma a los graves. El dúo guitarrista de Adam y Becker sigue siendo una apisonadora de ondas mecánicas, especialmente si hablamos de la habilidad del primero, quien es considerado una de las mayores influencias en los jóvenes guitarristas de thrash metal. Por la retaguardia, Carlos se convirtió en una referencia a la batería, y no sólo por sus tremendas dotes interpretativas, sino también por el entusiasmo que siempre muestra en cualquier ámbito musical, sea en composiciones o líricas. Finalmente, la voz de John no envejece, sino que parece involucionar hacia una estabilidad que marca una juventud eterna llena de rabia, fuerza y mucha virtuosidad laríngea.

El elenco de canciones se guió por los dos últimos álbumes, «Woe to the Vanquished» y «Weapons of Tomorrow», los cuales demostraron el buen estado actual de los americanos y cómo son capaces de darlo todo ante los fans. Sin embargo, hubo cortes de los primeros álbumes, como «Living Weapon» y «Living in a Whirlwind», que provocaron una oleada de nostalgia en aquellos thrashers más veteranos y que querían razones para seguir con los moshpits y walls of death. También hizo presencia «Hunter-Seeker», un temazo del cuarto disco, «IV: Empires Collapse», cuyo estribillo ahondó en el unísono coral. Como bises y despedidas relativas, Warbringer estableció un legado inmortal con «Combat Shock» y «Total War», terminando de destrozar al público y marcando un hito extremo en la historia de los conciertos metaleros de la capital. Un concierto tan bestia y directo que pocos podrían sobrevivir a su repetición.

Setlist

1º Firepower Kills   2º The Black Hand Reaches Out   3º Crushed Beneath the Tracks

4º Living Weapon   5º Woe to the Vanquished   6º Living in a Whirlwind

7º Descending Blade   8º Hunter-Seeker   9º Defiance of Fate

10º Silhouettes   11º Remain Violent   12º Combat Shock   13º Total War